Necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos.
Necesitamos que nos digan, tal vez por cuestiones de "ego", nos queda bien tal o cual cosa, que estamos lindas/os, que bien nos queda el corte de cabello, que bonitos ojos tenemos, etc, etc.
Nos gusta que nos halaguen mas allá de quien quiera negarlo.
Cuando la persona esta sola, o por diferentes cuestiones de convivencia, las parejas tiene problemas y por esas cosas de la vida, encuentra otra persona que la escuche, seguramente se aferrara a ella porque con ella no tendrá problemas, esos que vive a diario en su hogar, discusiones, etc, solo tendrá halagos, esos que le harán sentirse que toca el cielo, pero... en realidad, sabe que desde el cielo también se puede caer, mientras sucede, disfruta de ello. Lo sabe, aunque es inconsciente, lo que no conoce es el dolor de vivirlo porque no tomo dimensión de esto. (Acaso,¿ se podrá?)
Escucha lo que necesita, lo que le falta en su casa, lo que se le niega y cree tiene derecho a tomarlo para cambiar su realidad , solo desea un cable a tierra, con quien sentirse bien, aun a sabiendas que solo son momentos.
Ninguno dejara su realidad, y toma lo que se le da, obsequio de hermosas palabras, halagos en las nubes, sin nubes.
Hablo específicamente de la actualidad virtual, se ven , no se tocan, hablan, poco o mucho y solo halagos de lluvia los mojan.
El problema es que nadie tiene control de lo que puede suceder, y como nada puede suceder... si te enamoras, pierdes.
Encontró un atajo, una ventana donde el sol cada mañana brillaba, donde ella/el, eran los mas hermosos, encontró las mas bellas palabras, las mas dulces melodías, pero al enamorarse, solo encuentra un abismo, donde difícilmente pueda salir, ya que la otra persona, solo quiso pasarla bien, conocerla/o ... y nada , nada mas le dará.
Entonces, esto de escuchar lo que hacia falta se termina transformando en un perverso juego, donde seguramente uno sabia las reglas, el otro, no, y ese, es el que perdió. Jugó sin saber que estaría en una posición peor que la anterior, de la que escapaba.
Escucho lo que necesitaba, lo que no sabia era que un halago, que las palabras, se volverían un infierno para su alma.
© 2018 Miriam Santillan
© La Bohemia Radio
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