No me sentía solo hasta hoy, que aleteó, como nunca,
tu nombre en mi cabeza, arreando mi corazón,
atestó los recuerdos de bellas fragancias,
haciéndome dar cuenta cuanto amor te tenía,
todavía.
No sentía mi clausura, ya que
de música me aturdía,
las noches ocupadas por letras,
cafés y algún que otro ron,
eran mis bellas compañías.
Eso fue hasta hoy... que encerrado,
por obligación, tuve que aislarme
(aunque lo estaba)
¡Cuan solo estaba!
mi amiga soledad, se transformó
en crueldad.
Tu nombre fue tribulación,
vendaval en mi aflicción,
tu sombra, fantasmagórica compañía,
angustia en mi soledad,
martirio fueron tus lejanos besos,
tus caricias que me quemaban
sin piedad, ya no existían.
Congoja es esta maldita cuarentena,
lágrimas que se convirtieron en océanos,
los que no reciben agua de ríos,sin brazos,
que los colmen de abrigos.
Me gustaba estar solo y disfrutar de la soledad,
más me di cuenta, que no solo estaba solo,
sino desterrado de todos, de todo,
y me sentí infeliz, acompañado de nadie,
tú ya no estabas para amarme,
y yo, me di cuenta tarde, que ocupabas
el todo de mi.
Estoy solo, sin nadie, hasta tu sombra
me abandonó.
Si solo un llamado tuyo recibiera,
un mensaje,
daría todo lo que tengo
para iniciáramos una nueva vida juntos,
después que pase esta convulsión.
Mataremos la soledad,
provocaremos, haciéndonos el amor
un gran temblor, que de tantos gemidos
avivaremos envidiosos escalofríos.
Espero un milagro... en realidad dos:
sobrevivir,(y que tú también lo hagas)
para cumplirte cada promesa de alegría y felicidad.-
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Soledad |
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