Todavía siento tus manos en mi piel,
derritiéndola, licuándola lento,
como el sol a la nieve,
conviertiéndola en néctar de dioses.
Todavía resuenan tus palabras,
susurros en mis oídos
que provocan tormentas
centellas de electricidad,
que iluminan mi rostro
y hace a mi cuerpo temblar,
todavía... todavía, hace eco tu nombre
en mi corazón que te nombra,
en mi piel, sedienta de amor,
de caricias que dejen huellas,
besos apasionados que dejen marcas,
aventuras no vividas e imaginadas,
un concierto de estrellas fugaces
bajo la luna llena y un cielo ilustrado,
en un crepúsculo con luces de neón,
que nos recuerde que el pasado no pasó,
que el hoy es el mañana,
y el mañana es el futuro de los dos.
Todavía sueño que todo sucede
una mañana de otoño,
un día especial, el que será sin final,
comienzo de una primavera,
fulgor de aromas, halo de esperas
y desencuentros, de noches sin tu compañía.
con besos de buena noche,
despertar aferrada a tu cuerpo
durmiendo en tu pecho.
Todavía sueño todo eso,
porque te espero y te siento,
con este loco amor sin igual,
que desea olvidarte y por hacerlo
te ama cada día más.
©2020, Miriam Santillán Córdoba, Argentina.
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