Bailemos...
al compás de la música
la hagamos nuestra,
la que recodemos
cuando seamos viejos.
Dancemos al compás del corazón,
al ritmo de la respiración,
al de las pausas de las caricias de las manos
que recorren la espalda
percibiendo la fragancia
de tu cuello y el de tu cabello
apoyado en mi pecho.
Bailemos... y que ésta fiesta
no tenga fin,
que sea el vals de la pasión previa
la locura que inventa la imaginación.
Movamos nuestros cuerpos
al son de los instintos
del que hablan los pegados cuerpos
conmoviéndose de anhelos.
Bailemos... y al finalizar este lento
corramos a travesear con los deseos
esos que nos mata sin remordimientos.
Hagamos el amor con frenesí,
como lobos salvajes,
como aves rapaces,
e inventemos
una nueva melodía
de piel a piel
con la humedad de tu boca
con tu tibia lengua recorriéndome,
desatemos la furia del volcán
y que la lava nos queme
despacito y sin cesar.
Bailemos... este vals es lento
© 2020 Miriam Santillán, Córdoba, Argentina
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